miércoles, noviembre 15, 2006

Es como si hubieran dos Astrid. Una grande, sabia, poderosa, y otra pequeñita, completamente humana, manejada por los azares de la vida, desconcertada muchas veces, sin saber que hacer. Revolviendose en la incertidumbre, desespera. A veces esta Astrid grande maneja mi vida, y todo está bien, o es que la Astrid pequeñita se parece a la Astrid grande en esos momentos. Parece que el objetivo es que la Astrid pequeñita se vaya acercando cada vez más a la grande, y la diferencia sea cada vez menor.
Cuando yo, chikitica desespero y entristezco, siempre está esa grande, que parece más otra que yo misma, viene y me envuelve, y me da su amor para decirme que todo estará bien, que son cosas pasajeras, solo una escuela, una lección más. Insiste en que yo también soy ella, yo solo la escucho y me reconforto, esperando algún dia serlo de verdad.

Para quienes me conocen... yo estoy bien... es solo que a veces se me llena la cabeza de cosas, siento una presión acumulandose.. amasijo de pensamientos donde no puedo reconocer ninguno. Encontrar el embrollo, desembrollarlo, y el resto de los pensamientos atascados encuentran su salida fácilmente después. Aguas atascadas, aguas revueltas, mi mente a presión, no queda espacio para moverse, entra un alfiler, se desinfla la cabeza.

martes, noviembre 14, 2006

A veces siento que pudiendo haber sido muchas cosas me he quedado en nada, y en la nada navego pretendiendo ser algo de lo que he podido ser, todavía posibilidades abrumadoras.

viernes, noviembre 10, 2006

REAL

Una entrada que era pa responder un comentario, pero que no es una definición, y es demasiado larga para ponerla allá. Me tomo tiempo encontrar que era lo real para mí, una tarde lluviosa ayudó a encontrar estas palabras.


En la vida, si lo que hago me crea conflicto (conmigo misma) no es real. Si con actuaciones no reales consigo algo, ese algo no es real, porque tan pronto como me vuelva real ese algo desaparecerá, y ser irreal requiere esfuerzo, hay que tener bien preparada cada escena, y cuando llega algo por sorpresa, necesitamos trabajar el doble, para ajustar la escena, los personajes, en lugar de fluir... estrés, presión.

La personalidad es una careta, cierto, todos tenemos casi tantas caretas como personas conocemos, cierto, pero si esa careta no está mostrando algo que existe en mí, sin esfuerzo, sin preparación, entonces no es real, es una maquinación, un fingimiento, y lleva al conflicto -> Yo, fingiendo ser lo que no soy, pero queriendo ser lo que soy (nunca dejamos de querer ser lo que somos) -> Yo peliando conmigo misma, por no dejarme ser -> División, sufrimiento.

Y si has llegado casi a depender de algo que conseguiste fingiendo, no hay mayor infierno, te ves obligado a fingir o a perder algo que "te da vida" (miedo constante a que se descubra tu Yo de verdad), ese algo que no es real, pero no renunciarás por nada en el mundo a tu felicidad simulada - O un día te cansas, mandas todo al carajo y decides dejar de fingir, Real es lo que se queda. Lo nuevo que llega, y puedes disfrutarlo ahora completamente porque te ahorras el esfuerzo de la preparación. Y llega, inevitablemente llega lo que tanto quisiste, por lo que fingiste, llega en la misma presentación que lo buscaste o en un camino que habías olvidado, y no valía la pena esforzarse tanto, porque el mundo te da según lo que le muestres.. te muestras tú, te dá lo que quieres tú... Nada que hacer.

Lo real es estable (no inmutable) y te da libertad.


Aclaro... no es que no valga la pena esforzarse o trabajar por las cosas que queremos, es solo que ese esfuerzo no debe ser dejar de ser lo que soy para conseguirlo, eso es demasiado pesado e inútil.