Esperando, y todavía no sé qué, o sí sé, solo que hace mucho tiempo tal vez sé también que no va a llegar, no va a ser, pero no he querido rendirme, terca por naturaleza, de nacimiento.
La terquedad nos ha llevado a muchas partes, más lejos de lo que alguna vez creímos posible, todo por una visión fijada en la mente de lo que debería ser el mundo, y el infatigable andar en esa dirección. Supongo que ocasionalmente deseas que no fuera solo una visión, que se haga tangible en el mundo de los vivos, y quisieras ser lo suficientemente racional o inteligente para aceptar las evidencias, pero no puedes dejar tan fácilmente lo que llevas en la sangre, el fuego se va moderando con los años, tal vez en algún momento pueda aceptar lo que no puede cambiarse. Todavía soy joven, y todavía tengo fijas mis visiones entre los ojos, pero la voz de mi razón comienza a escucharse. Empiezas a valorar los riesgos y las dificultades del camino, y quisieras ya hacer una casa, donde descansar y vivir tranquilamente.
Pero si la visión es posible ¿cómo dejar de ir por ella? si ya haz caminado tanto, si ya haz llegado tan lejos ¿cómo no séguir? Pero ves a continuación tanta tierra como la que has dejado atrás y te hace dudar en las noches de cansancio. Sola con las estrellas, supongo que solo necesito acampar, dormir, descansar. Mañana arderá la sangre de nuevo, y la visión será de nuevo posible, más allá de toda justificación y de toda evidencia, ya que nos importa después de todo lo que hemos dejado atrás lo que la razón pueda decir.
Ahora sigo cansada, dormiré, soñaré algo bonito o tendré pesadillas, y luego despertaré, y no sé aún que será de mí, tal vez haga de este lugar mi hogar, aunque no creo que pueda estar quieta por mucho tiempo. Como quien dice "mañana será otro día", "amanacerá y veremos".
Hasta una próxima ocasión.
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